Los jóvenes son el presente y el futuro de la Iglesia... ¿Alguien los escucha?
Coordinador general del Comité Nacional de Pastoral Juvenil del Líbano, el abogado Roy Jreish:
«Debemos adentrarnos en el mundo de los jóvenes para acercarlos a Jesucristo»
«Caminar juntos significa hablar, rezar y trabajar unidos...»
Disponible también en árabe y en inglés.
El texto original fue publicado en MECC el 21 de julio de 2021. Traducción y publicación por Maronitas.org en colaboración con The Middle East Council of Churches.
Informe de Elia Nasrallah
Traducción de Mary Yahchouchy
En medio de un mundo plagado de guerras, conflictos, discursos de odio, violencia y rencor (...) y en una época manchada de crisis y conflictos interminables, incluso tras el estallido de una pandemia mortal (...) puede ser sorprendente que un joven diga: «Somos la Iglesia». Lo dice con fe directa, a pesar de que vive en una sociedad que acusa y condena a los jóvenes ahogándolos en un torbellino de desesperación y ansiedad. Algunos consideran que los jóvenes no están capacitados ni preparados para construir un futuro mejor, otros los ven como una fuente de desviación y extremismo (...) Y algunos piensan que están alejados de la Iglesia, de la oración y de la esperanza (...).
Pero, ¿alguien les ha preguntado por sus necesidades y preocupaciones? ¿alguien ha investigado el papel de la Iglesia hacia ellos? Los jóvenes de hoy, especialmente en Oriente Medio, viven con el dilema fundamental de un futuro incierto. ¿Consideran que la Iglesia es un refugio seguro para ellos? Estas fueron las preguntas que les hicimos, en medio del deterioro diario de las condiciones de vida.
El coordinador general de Cáritas Juvenil del Líbano y miembro del Comité de Juventud del Consejo Apostólico de Laicos del Líbano, Peter Mahfouz, afirma que nuestros jóvenes son parte de nuestra sociedad y están pasando por lo mismo que nosotros. «Nos enfrentamos a muchas dificultades, como el empeoramiento de la crisis económica y social en el país, que afectan negativamente a nuestras vidas. Algunos jóvenes no pueden terminar sus estudios porque necesitan dedicar tiempo a trabajar y asegurarse unos ingresos estables para ellos y sus familias (...) Algunos han perdido su fuente de ingresos, y otros no pueden encontrar trabajo (...) Algunos incluso tienden a recurrir a la inmigración, un fenómeno reciente y peligroso».
Peter considera que la Iglesia desempeña un papel importante en las circunstancias que vivimos, ya sea directamente o a través de sus instituciones afiliadas, como Cáritas Líbano, por ejemplo. La Iglesia motiva a los jóvenes a perseverar en el trabajo, en la agricultura, por ejemplo, ya que Cáritas proporciona tierras agrícolas para poner en marcha proyectos de cultivo. Por un lado, permite a los jóvenes asegurarse unos ingresos, y por otro, proporciona a la gente alimentos a bajo precio. Dijo: «La Iglesia nos apoya a muchos niveles en todos los proyectos que pretendemos poner en marcha y en todas nuestras nuevas ideas, pero al final no puede desempeñar el papel del gobierno para asegurar todas las necesidades de los ciudadanos».
El coordinador de la Cofradía Juvenil de la Virgen María en el Líbano y miembro del Comité Juvenil del Consejo Apostólico de Laicos, Jamil Kassab, cree que la Iglesia se ha convertido en la única esperanza para los jóvenes de hoy. Dice: «Somos la Iglesia, y nunca hemos pedido nada, pero esperamos que nos apoye más para llevar a cabo nuestra labor apostólica, sobre todo porque somos voluntarios y nuestro deber y misión incluye a todas las parroquias, aquí y en todo el país». Jamil también hizo hincapié en el reto de la inmigración al que se enfrentan los jóvenes de hoy en día: «Estamos perdiendo gente brillante que recurre a la inmigración en busca de mejores condiciones de vida y para asegurarse un medio de vida digno».
Los jóvenes, parte integrante de la Iglesia
El compromiso eclesiástico de los jóvenes de hoy sigue amenazado por la ola de desarrollo y globalización que se ha desarrollado a lo largo de los años, pero también por el ambiente negativo y tenso que les rodea. ¿Existen incentivos que la Iglesia podría adoptar para preservar la presencia de los jóvenes bajo sus alas? ¿Cómo podría apoyarlos? ¿Cuáles son las funciones del Comité de la Juventud del Consejo Apostólico de Laicos en el Líbano? El Coordinador General del Comité Nacional de Pastoral Juvenil en el Líbano, el abogado Roy Jreish, respondió a todas estas preguntas en una entrevista con el Departamento de Comunicación y Relaciones Públicas del Consejo de Iglesias del Oriente Medio.
En primer lugar, Jreish describio el concepto de compromiso: «es diferente de lo que era hace años, radica hoy en día en cómo los jóvenes viven su experiencia de fe en paralelo a las crisis que nos rodean a través de la práctica de rituales y ritos religiosos, por ejemplo, el compromiso personal con la lectura de la Biblia, y las formas de afrontar los diferentes retos (...) Por lo tanto, el compromiso varía de una persona a otra, pero lo más importante es que el joven entre en una retrospección y reevalúe el curso de su vida y su compromiso, en función de su adhesión a la esperanza derivada de su encuentro personal diario con Jesucristo».
Preguntamos a Jreish sobre las razones que dificultan el compromiso eclesial de los jóvenes, y nos respondió que es mejor presentar lo que les ofrecemos para preservar su presencia en el seno de la Iglesia, ya que son parte integrante de la Iglesia, son la Iglesia misma. Sin embargo, no podemos considerar a los jóvenes de hoy como el futuro de la Iglesia. Su Santidad el Papa Francisco dice que los jóvenes son su presente, y así lo subraya en su exhortación apostólica postsinodal «Christus Vivit» o «Cristo está vivo». «Somos el presente de la Iglesia y según este presente se formará el futuro». Y continúa: «Nos hemos apoyado en las líneas conceptuales del Comité Nacional de Pastoral Juvenil como brújula para nuestro trabajo con los jóvenes durante este periodo. Nuestro deber como comité es basar nuestro trabajo en las ideas y percepciones de las que habla Su Santidad el Papa Francisco, para llegar a ser una Iglesia joven y atractiva».
El abogado Roy Jreish añadio: «Hoy en día, tenemos que saber cómo transmitir la palabra de vida a los jóvenes y cómo dar verdadero testimonio de Jesucristo de manera que les atraiga a la Iglesia, y no al revés. Esto no es sólo una tarea de los metropolitanos, los sacerdotes, los funcionarios y los titulares de los rangos eclesiásticos, sino también un deber de los propios jóvenes. Ellos desempeñan hoy el papel más importante».
Sobre el papel de la Iglesia en el acompañamiento de los jóvenes, Jreish señaló: «Es necesario, primero, volver al verdadero testimonio de Jesucristo y renovarse en él para ser verdaderos testigos. No podemos dirigirnos a ellos en un lenguaje diferente al suyo, para no perder el contacto con ellos y su cooperación. Por lo tanto, debemos infiltrarnos en su mundo para acercarlos al mundo de Jesucristo. Tenemos que comunicarnos con ellos de un modo similar a su estilo de vida y abstenernos de adoptar métodos anticuados».
Jreish agregó con gran esperanza: «También podríamos compartir nuestras experiencias de fe y testimonio cristiano para transmitir las enseñanzas de Cristo a los demás. Esto radica en la alegría que distingue nuestra vocación cristiana. Cuanto más nos llenamos de alegría, más cerca estamos de Jesucristo, porque es con la alegría y nuestro descubrimiento de la verdadera fe que irradiamos a través de los jóvenes de nuestra Iglesia al mundo entero. El amor gratuito que recibimos nos da el sentido y la vocación primordial de nuestra vida, y esto es lo que complementa y encarna el compromiso».
El abogado Jarish subrayó que «el acompañamiento es muy necesario y requiere escuchar, sobre todo, las necesidades y preocupaciones de los jóvenes, ya que podemos tener varios diálogos con ellos para escuchar lo que sufren, por ejemplo, lejos de sermones y declaraciones (...) que no les benefician con ningún resultado tangible. Por lo tanto, necesitamos hoy en la Iglesia a quien acompaña a los jóvenes y esté a su lado, y esto es lo que el Sínodo subraya, que caminemos juntos, es decir, que nos escuchemos, debatamos, oremos y trabajemos unidos (...). Esta colaboración está en las tareas del Comité Nacional de Pastoral Juvenil, con el objetivo de pensar y trabajar juntos y con los jóvenes. Para que podamos dar respuestas que les beneficien para una mejor realidad y una imagen más brillante de nuestra Iglesia, que esperamos sea estricta en la estructura juvenil, porque hoy sin los jóvenes no hay Iglesia».
¿Cuáles son las tareas del Comité Nacional de Pastoral Juvenil en el Líbano?
Jreish explicó: «el principal objetivo de la existencia del Comité Nacional de Pastoral Juvenil de la APECL en el Líbano consiste en coordinar y crear redes de comunicación entre todos los comités y oficinas de la juventud, los movimientos y organizaciones juveniles de todas las Iglesias católicas del Líbano, nuestro deber es difundir las enseñanzas de la Iglesia católica y preparar a los jóvenes para las fiestas nacionales e internacionales. La iniciativa se puso en marcha recientemente mediante una reunión bajo mi dirección y los funcionarios de las oficinas patriarcales de la juventud, tras organizar un retiro con ellos y nombrarme a mí como coordinador y al padre Charbel Daccach como asesor nacional. Nos reunimos con ellos y acordamos un nuevo mecanismo y estructura institucional para este comité».
Y continuó: «El segundo paso consistió en definir las estructuras y las reglas para formar el comité. Optamos por incluir a representantes de todas las Iglesias católicas. Estamos preparando el sistema interno para garantizar la continuidad de nuestro trabajo, si lo conseguimos. Muchas sociedades y movimientos apostólicos nacionales que trabajan en más de una parroquia y movimiento scout también se unieron al comité».
«El tercer paso fue la invitación a una reunión general en el edificio patriarcal de Bkerke, en el Líbano, bajo el patrocinio y la presencia de Su Beatitud el Cardenal Mar Bechara Boutros Al-Rahi, Presidente del Consejo de Patriarcas Católicos, donde se lanzó el trabajo del comité y el plan que estableció, así como la dinámica de la exhortación apostólica post-sinodal 'Christus Vivit'. Durante la reunión, los jóvenes se embarcaron en preocupaciones intelectuales para el diálogo y el intercambio de ideas sobre cómo transformar la exhortación en iniciativas prácticas, y muchos de ellos tuvieron recomendaciones».
Roy Jreish concluyó refiriéndose al tema de la inmigración: «Todo el mundo pide hoy a los jóvenes que se queden en su tierra, pero yo les digo que no tengan miedo de la inmigración, porque puede presentarles nuevas oportunidades. En muchos casos, la presencia de los jóvenes fuera del Líbano beneficia a su patria, incluso desde la distancia. No importa dónde estemos, lo que importa es lo que ofrecemos a nuestra patria. Es necesario mantener la esperanza, porque como cristianos, la patria no es sólo la geografía, sino dónde nos vemos cerca de Jesucristo».
Finalmente, aconsejó a los jóvenes: «Antes de tomar una decisión de este tipo, empiecen con una retrospección para entender esta voluntad, y que la Biblia sea su compañera constante. Abandonemos todas las tradiciones que nos impiden vivir la verdad de nuestra fe cristiana y volvamos a su fundamento y esencia, Jesucristo, siempre presente en nuestras vidas. El fracaso forma parte de nuestro plan hacia el éxito, por lo que no debemos tenerle miedo, porque vivimos y actuamos con la fuerza del Espíritu y con la Oración de la Iglesia Santa, Católica y Apostólica».
Communication and Public Relations Department