Fotos - Declaración final de la XII Asamblea General

Consejo de Iglesias del Oriente Medio
Centro Logos —residencia papal en el Monasterio de Anba Bishoy—  Wadi El-Natrun, Egipto
16-20 de mayo de 2022
"Tengan ánimo, soy yo, no tengan miedo" (Mt 14, 27)

El texto original fue publicado en MECC el 20 de mayo de 2022. Traducción y publicación por Maronitas.org en colaboración con The Middle East Council of Churches.

Disponible también en árabe y en inglés.

1) Bajo este tema, la XII Asamblea General del Consejo de Iglesias del Oriente Medio (MECC) se reunió en la República Árabe de Egipto por primera vez desde su creación, con la participación de las iglesias miembros de las cuatro familias eclesiásticas que componen el Consejo: la familia ortodoxa oriental, la familia ortodoxa, la familia católica y la familia evangélica, durante los días 16 a 20 de mayo de 2022, con la amable hospitalidad de Su Santidad el Papa Tawadros II, Papa de Alejandría y Patriarca de la Sede de San Marcos para los Coptos Ortodoxos, en el Centro Logos –la residencia papal del Monasterio de Anba Bishoy en Wadi Natroun– y en presencia de los Presidentes del MECC: Mor Ignatius Aphram II, Patriarca de Antioquía y de todo Oriente y Jefe Supremo de la Iglesia Ortodoxa Siria en el mundo; Juan X, Patriarca de Antioquía y de todo el Oriente por la Iglesia Ortodoxa Griega; el cardenal Louis Raphael Sako, Patriarca de los Caldeos en Irak y en el mundo; y el Reverendo Dr. Habib Badr, jefe de la Unión Nacional Evangélica del Líbano; los jefes de las iglesias miembros o sus representantes; los miembros del Comité Ejecutivo; el Secretario General Dr. Michel Abs; y el equipo del MECC, con la participación de representantes de las iglesias y organismos ecuménicos.

2) Agradecemos a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y le alabamos por la abundancia de sus gracias y dones, al reunirnos en esta Asamblea General para orar y ser alentados por su presencia en medio de nosotros, y ser fortalecidos para continuar nuestro testimonio de fe en nuestra tierra, donde el Señor Jesús nació, creció y completó su plan de salvación. Esto se produjo después de un período difícil causado por el estallido de la epidemia de coronavirus, y que nos impidió poder reunirnos, para dar a nuestros fieles un soplo de esperanza en medio de las tragedias y las dificultades.

3) La Asamblea General expresó su agradecimiento y gratitud a Su Excelencia el Presidente Abdel Fattah Al-Sisi, Presidente de la República Árabe de Egipto, que recibió a los patriarcas y jefes de las iglesias, valorando su afirmación de que «los hermanos cristianos de todos los países árabes son parte integrante del tejido de toda la sociedad árabe», y apreciando los esfuerzos realizados por su Excelencia en favor de la paz social, la lucha contra el terrorismo y el trabajo para construir la nueva república. La Asamblea agradeció a los organismos estatales egipcios su cooperación y preocupación por este acontecimiento.

4) La reunión agradeció a la Iglesia Ortodoxa Copta por acoger los trabajos de la Asamblea General, con amor y generosidad. También agradecieron a la Iglesia Evangélica de Egipto la contribución que hizo al éxito de los trabajos de la Asamblea General.

5) En la sesión de apertura, intervinieron Su Santidad el Papa Tawadros II, los Presidentes del MECC, los Jefes de las Iglesias o sus representantes y el Secretario General, destacando su apoyo al trabajo y al mensaje del Consejo, su adhesión a su testimonio común y su arraigo en esta parte del mundo a pesar de las difíciles circunstancias.

6) La Asamblea General debatió los informes del Secretario General y de los distintos departamentos del Consejo, y elogió los esfuerzos realizados para mejorar el trabajo del Consejo. Trató el tema de la reunión con dos enfoques, teológico y socioeconómico. También trató los temas de Testimonio cristiano y relaciones ecuménicas, Diaconía y servicio social, Comunicación e incidencia política, Diálogo y cohesión social, y Desarrollo organizativo y sostenibilidad.

7) La Asamblea General hizo un llamamiento a:

a.- La renuncia a la violencia y al fanatismo de todo tipo y forma, rechazando el extremismo, el terrorismo, la exclusión y la discriminación por motivos de religión, raza, color, género y otros.

b.- La solidaridad con los marginados y vulnerables, los refugiados y los desplazados, y un llamamiento a los funcionarios y a la comunidad internacional para que trabajen por su regreso a su tierra.

c.- Respetar la libertad de creencia, consolidar los valores de la ciudadanía y la vida en común con los hermanos musulmanes con los que compartimos un respeto mutuo.

d.- Apoyar a las iglesias y a los creyentes de Jerusalén, el deber de preservar los lugares santos, y recordar a la comunidad internacional y a los pueblos del mundo la importancia de reforzar la presencia cristiana en la Ciudad de la Paz.

e. - Instar a los responsables y a los encargados de tomar decisiones a que se esfuercen por hacer frente a las crisis que asolan a los distintos países de nuestra región del Medio Oriente, especialmente a la deteriorada situación económica, para poner fin al sufrimiento que agobia a los pueblos, lo que exige una pausa de conciencia para defender el interés común por encima de cualquier consideración.

8) La Asamblea General subraya que la presencia cristiana está en el centro de la entidad de este Oriente, y que los cristianos han hecho grandes contribuciones a la construcción de sus países y de su prosperidad, y seguirán arraigados en esta tierra y auténticos socios en su renacimiento y en la construcción de su presente y de su futuro, por más que se intensifiquen las tormentas y los desafíos.

9) La Asamblea General contempla con dolor la emigración que está afectando a nuestras sociedades, especialmente a los grupos jóvenes. A la vez que subraya la importancia de la permanencia en la tierra, pide a los que emigraron que mantengan su conexión con sus países de origen y que no desperdicien sus posesiones, y con ellos espera y confía en que Dios nos llevará a la salvación a pesar de nuestra situación.

10) La Asamblea General subraya la importancia de responder al cambio climático y destaca la convocatoria de la Cumbre del Clima Cop 27, que se celebrará en Sharm El Sheikh el próximo mes de noviembre. Afirma nuestro papel y responsabilidad como buenos administradores de la creación, y exige que las naciones del mundo tomen medidas sobre el cambio climático.

11) La Asamblea General hace un llamamiento a las referencias internacionales y a los responsables de la toma de decisiones para que trabajen con ahínco y diligencia para liberar a todos los secuestrados, especialmente a los arzobispos de Alepo, Paul al-Yazji y Mar Gregory Youhanna Ibrahim, a los sacerdotes y a los civiles, rezando para que el Señor los proteja y los traiga de vuelta sanos y salvos.

12) En la sesión de clausura, la Asamblea General eligió cuatro presidentes, en representación de las cuatro familias eclesiásticas que constituyen el MECC:

Por la familia ortodoxa oriental: Su Gracia el Obispo Antonio, Metropolitano de Jerusalén y Oriente Próximo por la Iglesia Ortodoxa Copta

Por la familia ortodoxa: Su Beatitud Juan X, Patriarca de Antioquía y de todo el Oriente por la Iglesia Ortodoxa Griega

Para la familia católica: Su Beatitud Raphael Bedros XXI Minassian, Catholicos, Patriarca de Cilicia para la Iglesia Católica Armenia

Por la familia evangélica: Su Excelencia el Reverendo Dr. Paul Haidostian, Presidente de la Federación de Iglesias Evangélicas Armenias de Oriente Próximo

La Asamblea General también eligió a los miembros del nuevo Comité Ejecutivo, y concluyó sus trabajos confirmando la elección del Secretario General del Consejo, Dr. Michel Abs, que había sido elegido por el Comité Ejecutivo en su reunión de Bkerke–Líbano, el 18 de septiembre de 2020.

La Asamblea General eligió a tres de los actuales presidentes del Consejo, cuyos mandatos han expirado, como Presidentes de Honor: Su Santidad Mor Ignatius Aphrem II, Su Beatitud el Patriarca Cardenal Louis Raphael Sako, y al Reverendo Dr. Habib Badr.

Al concluir los trabajos de la Asamblea General, elevamos una oración por la estabilidad del Medio Oriente, el fin de las guerras y los conflictos, el levantamiento de la epidemia y la inflación, y el establecimiento de la seguridad y la paz en Oriente y en el mundo, para que todos puedan explorar el camino de la paz. Pedimos misericordia para las víctimas de la violencia y consuelo para los afligidos. Así pues, caminamos con valentía por los senderos de nuestra vida, y continuamos nuestro testimonio de fe y nuestra fidelidad al Evangelio del amor, la alegría y la paz, aferrándonos a nuestra tierra y a la herencia de nuestros padres y abuelos, y confiando en las palabras del Señor que dicen: «Tengan confianza, soy yo; no tengan miedo» (Mt 14, 27).

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